domingo, 27 de novembro de 2011

Dejavú de quando criança.

Ontem à noite eu  tive uma espécie de sonho. Do colo de minha mãe saía e passava à cama em meu quarto. Era por volta da meia-noite. Nada via ao meu redor pois estava muito escuro. De repente fechei e abri os meus olhos fortemente. Já não estva no quarto, mas sim escrevendo aqui as últimas palavras. 

segunda-feira, 21 de novembro de 2011

A VIOLÊNCIA CONTRA OS DOCENTES NAS ESCOLAS BRASILEIRAS - PARTE I


É um absurdo ter que ouvi de um estagiário que o seu colegiado lhe emitiu um seguro de vida para poder atuar na escola. Nunca me vi tendo que fazer tal coisa. É preciso refletirmos sobre isso, uma vez que esta ação implica na premissa de que a docência no país é uma atividade perigosa. O caso em que estou registrando aqui ocorreu em uma de nossas universidades na Bahia, onde o curso de Pedagogia adotou o seguro de vida como meio de garantir ao estagiário a remediação a uma possível ação de violência por ele sofrida.
Nos últimos anos, muitos casos de violência contra o professor têm sido registrados. Eu tenho um exemplo pessoal, em que uma de minhas colegas da universidade em questão, acabou sofrendo um ataque de um aluno que tentava agarrar uma de suas colegas para beijar a força.  A professora estagiária que segurava um guarda-chuva tentando apartar-los com o mesmo, mas acabou sendo gravemente ferida pelo garoto que cometia o delito. Quando questionado pela professora sobre o que ele tinha acabado de fazer o mesmo respondeu “que foi aquilo mesmo, e daí?”. A professora preferiu não registrar queixa e deixou de lado o caso com medo de uma possível retaliação.
Também faço parte desta instituição e já estou na reta final. Por sinal atualmente estou como estagiário e esta também poderia ser minha realidade, mas a preocupação que tenho não está relacionada ao risco inerente à profissão, porém ao tratamento que é dado a questão da violência contra os docentes. Faço aqui duas perguntas: Que medidas estão sendo tomadas para prevenção destes acontecimentos?  E, que método é esse de remediar apenas com um seguro de vida, uma vez que a doença já se alastrou pelas escolas do país, e em particular as escolas públicas?  
A minha crítica fica aqui como alerta para pensarmos ou repensarmos no que poderia ser feito para conter tal situação de violência contra docentes nas escolas do Brasil. Espero que encontremos respostas a essas duas perguntas que aqui ficam para reflexão da sociedade, sobretudo dos políticos e de quem faz a segurança pública nas três esferas governamentais do país: federal, estadual e municipal. Fica aqui o meu apelo: cuidemos de nossos professores, pois são eles quem ajudam na educação escolar de vossos filhos.

terça-feira, 31 de maio de 2011

Serie: Los microcuentos


Estoy a investigar sobre el tema microcuentos, y deseo poner aquí, algunas informaciones que podrán ayudarnos a construye la nuestra comprensión acerca de lo que sea esta manera, que para uno le podrá parecer nueva, pero ya está ahí hace mucho tiempo. En este primer momento voy a poner un enlace de una entrevista hecha por “El país” a José María Merino tratando sobre microrrelatos.
Abajo ustedes pueden ver como son los microcuentos o microrrelatos:
Once y un minicuentos
Una selección de
José María Merino
El sueño de la mariposa
Soñó que era una mariposa y al despertar no supo si era un hombre que había soñado ser una mariposa o una mariposa que estaba soñando ser un hombre.
El viejo, su mujer y el ladrón
Era un mercader rico, pero muy viejo, que tenía una mujer joven y hermosísima, a la que él mucho amaba. Una noche entró un ladrón en casa del mercader, y su mujer, que estaba despierta, tuvo tanto miedo, que se metió en la cama de su esposo y le abrazó tan reciamente, que lo despertó. Entonces él vio al ladrón y le dijo: "Toma cuanto pudieres llevar y vete sin miedo, porque me has dado la dicha de que mi mujer me abrace".
El gesto de la muerte
Un joven jardinero persa dice a su príncipe:
-¡Sálvame! Encontré a la Muerte esta mañana. Me hizo un gesto de amenaza. Esta noche, por milagro, quisiera estar en Ispahán.
El bondadoso príncipe le presta sus caballos. Por la tarde, el príncipe encuentra a la Muerte y le pregunta:
-Esta mañana, ¿por qué hiciste a nuestro jardinero un gesto de amenaza?
-No fue un gesto de amenaza -le responde- sino de sorpresa. Pues lo veía lejos de Ispahán esta mañana, y debo tomarlo esta noche en Ispahán. Jean Cocteau.
El destinado
Está en su cuarto vistiéndose, con los minutos contados, para un entierro.
Entre pantalón y zapatos, corbata y chaleco, le tientan y le sientan pensamientos jenerales, con una exijencia mayor que la otra prisa. Pero ha visto en una puerta un clavo a medio salir, derecho, brillante, justo, perfecto; atractivo de clavar, innecesario de clavar. Y tiene a mano la percha de su americana, martillo de madera tan apropósito para clavar el clavo tentador. Deja el entierro, demora los pensamientos jenerales, coje la percha y se pone a clavar con esmero lento el clavo.
Tema para un tapiz
El general tiene sólo ochenta hombres, y el enemigo, cinco mil. En su tienda el general blasfema y llora. Entonces escribe una proclama inspirada, que palomas mensajeras derraman sobre el campamento enemigo. Doscientos infantes se pasan al general. Sigue una escaramuza, que el general gana fácilmente, y dos regimientos se pasan a su bando. Tres días después el enemigo tiene sólo ochenta hombres y el general cinco mil. Entonces el general escribe otra proclama, y setenta y nueve hombres se pasan a su bando. Sólo queda un enemigo, rodeado por el ejército del general, que espera en silencio. Transcurre la noche y el enemigo no se ha pasado a su bando. El general blasfema y llora en su tienda. Al alba el enemigo desenvaina lentamente la espada y avanza hacia la tienda del general. Entra y lo mira. El ejército del general se desbanda. Sale el sol.
La llamada a la puerta
Toc, toc, ¿quién será? ¿Abuelito con los regalos de Navidad?
Toc, toc, ¿quién será? ¿Giorgio? ¡Dios mío, si en casa se dan cuenta!
Toc, toc, ¿quién será? Apuesto a que es él. Con los años no se le pasan las ganas de gastar bromas, a mi Giorgio.
Toc, toc, ¿quién será? ¿Tonino que vuelve a estas horas? ¡Oh, esos dichosos hijos!
Toc, toc. Debe de ser el viento. ¿O los espíritus? ¿O los recuerdos? ¿Quién podría venir a buscarme?
Toc, toc toc.
Toc, toc.
Toc.
Fin
El profesor Jones había estado trabajando en la teoría del tiempo durante muchos años.
-Y he encontrado la ecuación clave -le dijo un día a su hija-. El tiempo es un campo. Esta máquina que he construido puede manipular, incluso invertir, ese campo. Pulsando un botón mientras hablaba, añadió: Esto debería hacer que el tiempo fuera al revés al fuera tiempo el que hacer debería esto: Añadió, hablaba mientras botón un pulsando. Campo ese, invertir incluso, manipular puede construido he que máquina esta. Campo un es tiempo el. -Hija su a día un dijo le- clave ecuación la encontrado he y-.
Años muchos durante tiempo del teoría la en trabajado había Jones profesor el. Fin
El pozo
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la circunstancia de la familia numerosa.
Veinte años después, mi hermano Eloy sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a asomarse.
En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en su interior.
Éste es un mundo como otro cualquiera, decía el mensaje.
69
Despiértese, que es tarde, me grita desde la puerta un hombre extraño. Despiértese usted, que buena falta le hace, le contesto yo. Pero el muy obstinado me sigue soñando.
El árbol de la vida
Encontró el árbol de la vida y no se lo dijo a nadie. Él solo comió de sus frutos. Y solo quedó en el mundo cuando la Humanidad desapareció.
Ahora busca por toda la eternidad el árbol de la muerte.
Caracol
Se puso el caracol en el oído y oyó el ruido del mar mientras la tarde espléndida se oscurecía y el aire diáfano se volvía agua. Cuando vio pasar un pez frente a sus ojos pensó que se ahogaría y, rápidamente, separó el caracol de su oreja. La luz volvió y el agua se hizo aire transparente. Aliviado, respiró hondo y se pasó la lengua por los labios húmedos que aún conservaban restos de sal.
El hombre invisible
Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.


Asistan este video sobre los microrrelatos.